El verano está aquí, una ola de calor masiva acaba de llegar a la costa oeste y la temporada de incendios está a la vuelta de la esquina. Esta es la dura realidad para los residentes de la costa oeste y no parece que vaya a cambiar pronto. Los incendios forestales tienen un impacto severo en comunidades enteras y todos pueden verse afectados. Pero hay algunos problemas únicos para las empresas de cannabis que abordaré en esta publicación.
En primer lugar, los negocios de cannabis se diferencian de muchos otros negocios porque están aislados en ubicaciones específicas y tienen muchas restricciones regulatorias con respecto al movimiento de mercancías en caso de un desastre natural como un incendio. Afortunadamente, los reguladores de muchos estados tuvieron la previsión de incluir disposiciones para aliviar los requisitos reglamentarios en algunos casos cuando ocurren desastres naturales. Puede consultar nuestras publicaciones sobre Oregón y California para leer más sobre sus respectivas regulaciones, que no repetiré aquí.
En segundo lugar, las empresas de cannabis son muy susceptibles a sufrir daños como consecuencia de los incendios. Los cultivadores al aire libre suelen ser los más afectados, incluso cuando los incendios no dañan sus cultivos, el humo y otras partículas (incluso de incendios aparentemente lejanos) pueden destruir los cultivos al aire libre. Vi muchos ejemplos de esto sucediendo el año pasado. Entonces, incluso cuando los incendios pueden no estar en la puerta literal de un cultivador, deben pensar en cosas como el aire acondicionado y si deben ponerse en contacto con el estado para buscar algún alivio como se señaló anteriormente.
Para cualquier negocio de cannabis, tener un incendio en las instalaciones es el problema más grave que uno podría enfrentar. Este es un desafío particular para las empresas que pueden estar almacenando toneladas de efectivo y productos valiosos y que pueden no tener una cobertura de seguro adecuada (como suele ser el caso) para cubrir las pérdidas causadas por los incendios. Además, la pérdida de la capacidad de funcionamiento debido a los daños causados por el fuego puede ser un revés importante, si no fatal, para muchas empresas de cannabis.
En tercer lugar están las utilidades. Si el fuego o el calor excesivo dañan las líneas eléctricas, por ejemplo (esto sucedió en el condado de Los Ángeles durante la ola de calor masiva del año pasado), es posible que los cultivadores de interior no obtengan la electricidad que necesitan para cultivar plantas, y necesitan mucha. Y mientras estamos al borde de otra sequía, los cultivadores de todo el estado enfrentarán una disminución en la disponibilidad de agua a medida que los recursos se desvíen para combatir incendios. Ya estamos viendo que surgen problemas en todo el estado con los suministros de agua.
Para muchas empresas de cannabis en ciudades u otras áreas no rurales, los incendios no tendrán un impacto directo. Pero es muy posible que veamos otro aumento masivo en los precios que se sentirá a lo largo de la cadena de suministro debido a los impactos del fuego en los cultivadores de cannabis. El punto es que las empresas de cannabis deben permanecer atentas y considerar cualquier medida reguladora que se pueda tomar para mitigar las pérdidas causadas por los incendios.