Vivió toda su vida de adulto como cultivador de marihuana
Sus inicios en la vida
Nació en Madrid en 1940 y falleció en 2019 en Cuenca, con casi 80 años.
No era de familia rica, pero tampoco pobre. Sus padres tenían un colmado donde vendían de todo, como los pequeños súper de ahora. A pesar de las circunstancias por las que pasó España en los años 40 y 50, no tuvo mala infancia. Al contrario de otros niños de su época, fue a la escuela hasta los 16 años.
En su juventud se metió en varios problemas porque era ligeramente rojillo. Sus padres, por miedo a que acabara muy mal, decidieron enviarlo a California. Allí vivían, desde que empezó la guerra civil en España, los hermanos de su madre.
Sus inicios en la marihuana
En California, inicialmente trabajó con sus tíos maternos en la agricultura de cereales. Unos años después su familia de agricultores pasó a cultivar cáñamo para la industria farmacéutica y otras. La marihuana no estaba legalizada en los años 60-70 en USA, pero las hectáreas cultivadas eran legales porque no se consideraba marihuana como tal. Además, apenas colocaban al fumarlas. Aun así, su cultivo estaba muy controlado. En estos años nació la pasión de TitoMaría por la agricultura.
A los 23 años consiguió entrar en la Universidad de California Davis, donde realizó lo que en España llamaríamos una ingeniería agrónoma. Cuando volvió a España, a los 60 y pico años, convalidó sus estudios y aquí le dieron el título de Ingeniero Agrónomo, el equivalente al título USA.
En el entorno universitario empezó a cultivar marihuana de interior, evidentemente de forma oculta. California estaba llena de hippies en esos años, y la demanda era muy grande. Sus cultivos eran cada vez mayores y tenía bastante personal trabajando para él. La policía nunca lo pilló en California.
Fue mejorando su técnica de cultivo y realizando sus propios cruces y semillas. Siempre con la mirada puesta en la producción. O sea, en sacar el mayor peso posible en el menor tiempo posible. Probaba y estudiaba cualquier técnica o sistema que surgiera e intercambiaba opiniones e ideas con un montón de cultivadores como él.
Empresario cultivador
Nunca trabajó para otro como asalariado, pero colaboró con empresas legales y no legales del sector, siempre aprendiendo y mejorando técnicas propias y ajenas. Diseñaba y montaba salas y zonas de cultivo para otros. Supervisaba métodos y cultivos de terceros. Asesoraba y solucionaba problemas. Corregía errores y conseguía que sus clientes produjeran más. Evidentemente siempre cobraba por ello.
Ya desde los primeros años como cultivador dirigió sus cultivos y sus trabajos de estudio hacia los sistemas hidropónicos. Se dio cuenta enseguida que producían más en menos tiempo. Aunque siguió probando otras formas de cultivar la marihuana, casi todo su volumen de producción lo generaba con la hidroponía en interior.
El decía que la calidad de la marihuana está intrínseca dentro de ella. Con darle un poco de cariño y cuidados, las plantas ya aportan la calidad necesaria para su consumo. A más cariño y cuidados, más calidad. Y así lo transmitía a sus trabajadores y no aceptaba que fuera así.
Cumpliendo esas ideas conceptuales, sus esfuerzos se concentraban en la productividad y en conseguir un mayor peso de materia seca. A fin de cuentas, era lo que le daba dinero.
De vuelta a España
En 2010, coincidiendo con la legalización de la marihuana en California, regresó a España para quedarse definitivamente. Aunque el regreso fue por cuestiones familiares, a él le gustaba decir que se había ido de California porque como cultivar marihuana ya era legal, se había acabado lo divertido.
A pesar de ser mayor, fue requerido por conocidos para realizar estudios e instalaciones de cultivos hidropónicos de interior, de mediano tamaño (20-40 m2), por ambas Castillas. Y como «ancha es Castilla» acabó haciendo lo mismo en Portugal y en Francia. No sólo diseñó y supervisó las instalaciones, sino que era requerido para el control y el seguimiento. Cobraba buenos euros por ello.
Desde que volvió en 2010, yo siempre estuve con él. Fui su asalariado legalmente, y él fue mi maestro y mi ídolo. Yo soy fan de TitoMaría, como lo son decenas de pequeños auto cultivadores a los que siempre ayudó y otras decenas de medianos cultivadores por los que fue a menudo contratado. Por eso pasábamos largas temporadas en Francia y en Portugal. Desde los 24 años hasta que falleció se mantuvo económicamente de los cultivos de marihuana, de una forma u otra. Y vivió por y para la marihuana. No fue rico porque era muy generoso, y de familia grande, pero vivió bien y muy feliz con el trabajo que tuvo toda su vida. Fuimos pillados por la policía dos veces. Detención, multa, juicio, pérdida de equipos, pero sin gran transcendencia para nuestras vidas.
Siempre tomaba o me hacía tomar nota de todo lo que se hacía. Desde sus inicios. Pero lo hacía de manera no muy ordenada. Por lo menos para mí. Aunque él siempre localizaba en sus cajas de agendas y libretas lo que buscaba. Algo que pasó en un determinado cultivo hace 20 años, y que supuso algún problema, dejó anotado acciones y solución. Si ahora eso se repetía en alguno de sus hidropónicos o de sus clientes, era capaz de localizar las notas y ver lo que se hizo en aquel entonces, y aplicarlo 20 años después.
Dentro de todas las variantes de los métodos de cultivo hidropónicos, experimentó con todo lo que había hasta el momento y con cosas que el inventaba y probaba. Todo ello le llevó, a principio de los años 80, a establecer su propio sistema de cultivo hidropónico, con sus protocolos muy estudiados. Ese sistema apenas ha cambiado desde entonces, a pesar de haber usado y probado todo lo nuevo que ha surgido durante estos años.
Para mí, fue una gran pérdida perder a mi tío. Ingeniero Agrónomo, cultivador de marihuana, generoso y muy buena persona.
Esta web es un homenaje y está dedicada por entero a mi tío y a su sistema de cultivo. Desde aquí, intento ayudar económicamente a su viuda.
Buenos humos en el cielo, tito.