El curado de la marihuana es el proceso más olvidado de un ciclo de cultivo
Cómo curar y almacenar los cogollos de marihuana
Curar y almacenar los cogollos es un paso final importante. Muchos cultivadores se olvidan de este paso, o no le prestan la suficiente atención. Es posible que seas un buen cultivador productivo, y tus cosechas desaparezcan de tus manos inmediatamente después del secado, con lo que no te da tiempo a curarlas. En ese caso, para TitoMaría, eres el cultivador perfecto. Si no es así, esa debe de ser tu meta, aunque no es fácil según la zona, región o país donde vivas. O sea, cosechar, secar, deshacerte de toda la cosecha. A eso le llamo productividad.
El curado se realiza después del secado y manicurado, aunque es mejor realizar el manicurado primero y el secado después. Te explico mejor esto en el artículo donde hablo de la peladora de cogollos.
Los cogollos secos los debes guardar en ambiente seco y oscuro, preferiblemente en botes de cristal aunque no es imprescindible. Los puedes guardar hasta en bolsas de plástico. Lo verdaderamente importante es que durante 6-7 días abras los botes o bolsas dos veces al día, durante unos minutos, y muevas ligeramente los cogollos. No mucho porque se deprenden flores y acabas con un excelente polvo de marihuana, pero que te tendrás que quedar para tu uso. Nadie lo querrá a no ser que se lo regales.
Será ideal si metes con los cogollos un higrómetro para que veas la humedad que tiene. Darás por finalizado el proceso cuando marque menos de 20% con el bote o bolsa cerrados herméticamente.
Dependiendo de la cepa, los cogollos curarán a un ritmo diferente. Luego ya puedes dejar los botes cerrados e ir consumiendo. Si la marihuana la almacenas correctamente, verás que se pone aún mejor con el tiempo. El buen curado añade un toque final estupendo a tu trabajo, aumentando la calidad del producto final.